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P S I C O V I D A

LA LUZ INTERIOR

LA LUZ INTERIOR A lo largo de nuestra vida, surgen momentos en los que nos planteamos si hemos escogido el camino adecuado, si perdimos la oportunidad de prosperar aún más e incluso si amamos tanto como al principio a Convivir en Pareja. A menudo nos imaginamos en otra vida, más completa y perfecta, una vida tan idealizada como imposible, pero que ansiamos alcanzar, hasta tal punto que nos plantemos romper con todo y convertirnos en otra persona, en ese yo que nunca vio la luz. Siempre buscamos soluciones y cambios en lo que nos rodea, pero no somos o no queremos ser conscientes que quizás la única y verdadera solución, la llevamos dentro.

Vivimos en una época de consumismo, llena de comodidades, lujos y materialismo, circunstancias que muchos no pueden disfrutar y que les llevan a la insatisfacción, al vacío interior que acaba conviviendo con nosotros. Pero no son solo ellos, también los que supuestamente poseen de casi todo lo deseado, también sufren ya que su afán por tener aún más es ilimitado.

A menudo nos planteamos si la vida que hemos construido es la adecuada, si se parece a lo que soñamos años atrás, sino no somos capaces de superar que los cambios logrados no compensan el esfuerzo o el tiempo hasta llegar a ellos o incluso que no valen la pena, la frustración nos invadirá y nos surgirán miles de preguntas de difícil respuesta, porque cuando no queremos ver la realidad, simplemente porque no nos gusta, preferimos mentirnos a nosotros mismos, y vagar envueltos en pensamientos que nos adulen la mente.

Estas crisis de indecisión se recrudecen aún más porque recordamos que esta vida es la única que vamos a vivir, que el tiempo pasa lento cuando pensamos en días pero que se dispara a través de imágenes pasadas cuando contamos los años.

En la sociedad que vivimos hoy nos sentimos más vacíos interiormente, la causa podemos hallarla en que hemos estado durante miles de años ocupados en sobrevivir y la vida antes era mucho más corta. El que nos sintamos vacíos puede ser un aviso de que algo va mal como que somos muy afortunados de tener tiempo para algo más que la propia subsistencia. Lo positivo ante esta situación, es que hoy en día, está a nuestro alcance el conocimiento necesario para la mejora de nuestra libertad emocional, que se abastece de la esperanza del cambio.

En muchos casos de lo que se trata es de construir nuestro propio camino y para eso tenemos que ponernos manos a la obra, no debemos aceptar la cómoda posición de que la vida es así. Podemos cambiar y mejorar las circunstancias y aspectos que más nos perjudican sin ánimo de buscar utopías que nos abogan a la rendición y abandonar nuestras propias expectativas.

Nuestro Inteligencia Emocional es un órgano que podemos reeducar, en él radica todo lo que somos y si lo enseñamos a ver con amplias dimensiones y actitudes positivas podemos extraer lo mejor de nuestras capacidades, porque no estamos condenados a sufrir, poniendo de acuerdo mente y corazón, deseando y luchando, podemos cambiar la realidad.

Si no actuamos en la vida no podemos vivirla en plenitud, porque la vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada. Los caminos que podemos explorar son múltiples, pero la decisión de cambiar corresponde a un verdadero deseo de evolución interna.

Nuestro destino está trazado de antemano con señas culturales, sociales e ideológicas que adquirimos que resultan casi inamovibles, pero aún así nuestras posibilidades de superación o de cambio son inmensas. El tiempo ha permitido crear de manera personal fantásticas historias de libertades redescubiertas, que non han dado la fuerza suficiente para enfrentarnos a nuestros miedos y superarlos de manera que nos sorprende a nosotros mismos.

El futuro está abierto y estamos obligados a trabajar en él, mimarlo, pulirlo como a nosotros nos gusta, porque al fin y al cabo es donde vamos a pasar el resto de nuestra vida. Todos tenemos capacidad de crecer mientras estemos vivos. La búsqueda de esta vida plena no es fácil, ni tiene que ser reconfortante. Saber escucharnos sin olvidar los límites, resulta una tarea complicada.

Otra causa de nuestra elevada indecisión en muchos casos, es la variedad de opciones que se presentan a nuestro paso y que implican riesgos. En ocasiones, tomar una u otra decisión, siempre conlleva una pérdida, y el pensar cual de ellas será la más acertada pude llegar a bloquearnos y finalmente no tomar ninguna, hecho que implica frustración, si la tomamos no tiene porqué ser la mejor decisión pero si no la tomamos hemos perdido la oportunidad de saberlo. El destino no está escrito y los accesos de duda son inevitables.

El primer paso para encontrar esa vida ideal, en coherencia con nuestros valores y necesidades, es el deseo de evolución interior. Debemos abandonar muchas de nuestras rutinas y empezar a diferenciar lo que somos realmente de aquello en lo que nos hemos convertido por imperativos externos, nuestras propias emociones de las que nos ha inducido factores externos.

Ante las enormes posibilidades que se nos presentan, solo nos queda actuar, porque lo que queda de nosotros al final de nuestra existencia son las selecciones que hemos hecho, por ello debemos elegirlas con cuidado pero con paso firme y decidido, nuestro futuro y felicidad dependerá de ello.

Cambiar es un desafío, un viaje largo y emocionante, un viaje hacia nuestro interior, pero merece la pena porque al fin y al cabo quien es feliz vive más y mejor.

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