DICTADURA DE LA IMAGEN

Nos gusta observarnos, para apreciar esos cambios de nuestra imagenNuestra Imagen, buscamos nuevos "looks" o redecoramos nuestra apariencia, pero en ocasiones, somos implacables con nosotros mismos, cuanto más intrasigente sea nuestro ideal, corremos más el riesgo de despreciarnos y de observarnos sin ningún interés.
Las relaciones con nuestro cuerpo fluctúan, aceptación, rechazo, amor, odio...para empezar a aceptarnos, debemos trabajar más sobre nuestros pensamientos que sobre nuestra imagen. Debemos ser objetivos y permisivos con nosotros mismos, la edad, el modo de vida, la alimentación, existen circunstancias que podemos controlar y otras no, por ello debemos centrarnos en objetivos reales y otorgarles un plazo razonable para su cumplirlos. No debemos obsesionarnos con expectativas imposibles, porque al no alcanzarlas podemos sentirnos frustrados y este hecho, atacará a nuestra autoestima y seguridad.
Tenemos que empezar aceptándonos emocionalmente para después poderlo hacer físicamente, si pretendemos gustar a los demás, primero tendremos que querernos por fuera y por dentro.
No es bueno buscar la comparación con prototipos ideales de belleza, tenemos que encontrar nuestra propia belleza, ser capaces de ver aquellos rasgos que nos diferencian y destacan, y aquellos que podamos "retocar" trabajarlos, pero no buscando fines irrealizables, sino simplemente mejorar nuestro propio aspecto. Sintiéndonos a gusto con nosotros mismos nos encontraremos únicos, y no tendremos la necesidad de compararnos.
Cada edad refleja su físico, si queremos mantenerlo exige unos cuidados. En todos los temas de la vida, debemos plantearnos aquello que merece la pena nuestro esfuerzo, pero sobre todo asumir quienes somos y querernos como nadie. Nuestro tiempo es corto para querer ser otros, disfrutemos de quienes somos y que los demás descubran esa nueva imagen.
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mary joe -