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P S I C O V I D A

EL AGUA QUE CURA

EL AGUA QUE CURA La Hidroterapia, en medicina, se define como el uso del agua en el tratamiento de las enfermedades. Fue empleada, por primera vez por los médicos de la Antigua Grecia.

El agua cuida de nosotros por dentro y por fuera. Sus propiedades terapéuticas y reconstituyentes son conocidas en el mundo entero. Desde épocas ancestrales distintas civilizaciones han rendido culto al agua. En pleno siglo XXI, este ritual está más vivo que nunca a través de balnearios, centros de talasoterapia, termas y SPA que ayudan a disfrutar de sus beneficios.

Culturas tan diferentes como la romana, la árabe y la griega, tuvieron pasión por las aguas. Estas civilizaciones sembraron de termas, centros de Talasoterapia y hammanes (baños de vapor aplicados con la técnica de la antigua cultura árabe) toda la península. Muchas de ellas se han conservado hasta nuestros días, y han inspirado nuevos centros, que nos descubren las propiedades reconstituyentes y tonificantes del agua.

La Hidroterapia es el proceso terapéutico que trata el cuerpo con agua a diferentes temperaturas. Según sea la procedencia del agua y su aplicación, existen diferentes tratamientos.

La Hidroterapia tiene muchas aplicaciones. El agua caliente relaja las contracturas, por ello, la hidroterapia ha sido muy útil en el tratamiento de trastornos como distensiones y estiramientos musculares, fatiga muscular y dolores de espalda. El calor se suele utilizar junto con masajes u otros tratamientos manipulativos o estimulantes, como baños de remolino. Los baños Sitz (sentados en agua caliente) son eficaces en el tratamiento de hemorroides inflamadas y dolorosas. El agua es también útil en la fisioterapia ya que los pacientes que llevan a cabo los ejercicios en un medio flotante pueden movilizar las zonas debilitadas de su cuerpo sin tener que vencer la fuerza de la gravedad.

Una variedad de la Hidroterapia son los centros de Talasoterapia que utilizan el agua de mar con fines curativos, acción que se complementa con aplicaciones de algas, arenas, fangos y limos de los fondos marinos. Las sales del mar, como sodio, potasio, calcio, magnesio, cloro, carbonatos, sulfatos y fosfatos, aportan a la salud beneficios inimaginables.

La Talasoterapia está indicada para el mantenimiento y la puesta en forma, para tratar problemas musculares, tendinitis, lumbalgias y combatir también problemas circulatorios y el estrés, entre otros. Los tratamientos más habituales se centran en cuatro zonas: abdominal, nasal, piel y huesos.

Los centros de Talasoterapia utilizan el agua de mar con fines curativos, acción que se complementa con aplicaciones de algas, arenas, fangos y limos de los fondos marinos. Los templos de la salud son los balnearios. Son centros de hidroterapia donde las curas se realizan con agua mineromedicinal procedente de manantiales. El personal médico supervisa los tratamientos en un entorno relajante que tiene de por sí efectos positivos sobre la salud.

En los Asociación de Balnearios, las propias aguas mineromedicinales del balneario, contienen propiedades curativas, por lo que se ingieren como bebida. Se realizan baños de todo tipo, generales, o solo pies, brazos, colectivos, individuales, aerobaños o con hidromasaje. Las duchas pueden ser con o sin presión, dirigidas a diferentes partes del cuerpo. Se puede disfrutar de saunas y baños de vapor, útiles en el tratamiento de los problemas respiratorios así como de impregnaciones de fangos y barros, que resultan beneficiosos en el tratamiento de problemas respiratorios.

La última novedad en este campo son los centros de hidroterapia o Centros Spa, espacios donde se utiliza el agua de la red sanitaria con un fin puramente lúdico, relajante y de puesta en forma. En los últimos años están proliferando en las grandes ciudades, donde la población vive a un ritmo frenético, y el estrés y el cansancio forman parte de cada día. Las distintas aplicaciones de agua se complementan con masajes manuales, gimnasia pasiva y la aplicación de lodos, entre otros tratamientos.

En estos centros se aplican técnicas como el watsu, masaje en el agua que reúne la acción curativa del shiatsu con la del agua termal, con efectos terapéuticos y relajantes.

Este tratamiento consiste en que en una piscina de agua termal, la persona se estira flotando sostenido por los brazos del masajista. Mientras flota, al efecto de masaje del agua se suma el que realiza el terapeuta, que mueve el cuerpo para estirarlo y aliviar las zonas en las que nota tensión.

Disfrutar de los beneficios del agua en casa está a nuestro alcance, sólo tenemos que buscar el momento. No hay nada más gratificante después de un día duro que darse un baño de espuma, de esencias o una ducha tonificadora.

El ritual del baño requiere cumplir una serie de pasos, no alargar el baño más de veinte minutos porque afecta al sistema circulatorio y al corazón, la temperatura del agua no sobrepase los 38º C y todo ello en un entorno relajante, con luz tenue, como la de las velas, y música relajante a bajo volumen.

Es estimulante realizar una ducha con chorro a presión, alternando la temperatura del agua entre fría y caliente, de manera que cuando el cuerpo haya acumulado calor, aplicar el agua fría, con esta acción se activa la circulación, se descongestionan las vías respiratorias, se tonifica la piel y se elimina la tensión muscular. Debemos dirigir el chorro de agua con fuerza sobre distintos puntos del cuerpo, empezando por las partes más distantes, pies o manos, y ascendiendo poco a poco: rodillas, brazos, hombros, zona lumbar, espalda, abdomen, pecho.

La Aromaterapia nos proporciona un baño relajante con esencias. No hay nada más gratificante que un baño con aceites esenciales. Los aceites disueltos en el agua transmiten con mayor intensidad sus propiedades al ser absorbidos por los poros de la piel. Es aconsejable llenar la bañera de agua caliente a 38ºC, y añadirle las esencias más cautivadoras como el Aceite de Jazmín que calma la ansiedad y trata estados de tristeza; Aceite de Lavanda que combate el insomnio y los dolores musculares; Aceite de Manzanilla que alivia jaquecas, migrañas y estados nerviosos y el Aceite de Salvia que disipa estados depresivos y cuida la piel.

También podemos optar por añadirle al agua el poder del color a través de la Cromoterapia. En función del estado que deseemos conseguir aplicaremos geles y líquidos de colores a la bañera. Los que tienen mayores efectos sensoriales son el rosa que transmite armonía y paz interior; el azul turquesa que proporciona calma y dispersa la energía negativa; el naranja que aumenta la vitalidad y estimula sexualmente y el verde claro que produce serenidad.

Existen soluciones naturales y relajantes que estimulan nuestros sentidos y alivian las cargas del trabajo o convivencia diaria. No se hayan tan lejos o son siempre de alto coste como pensamos, solo debemos mantener una rutina beneficiosa con nosotros mismos y reservar unas horas para disfrutar de esos momentos que nos dan tanta vida.

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